MEMORIAS AL VIENTO
Desde que tengo memoria, la convivencia con las aves ha sido una práctica habitual que hemos vivido de alguna manera, bien sea compartiendo el espacio con ellos en su hábitat (natural o urbano), ó manteniéndolos en jaulas privados de su libertad. De una u otra forma nuestroS acercamientos a ellos han sido motivados por la curiosidad y el asombro que crea en nosotros la belleza de sus movimientos, sus formas, sus colores ó sus cantos.
Todavía recuerdo a mi madre y a mi abuela hablando o cantando a los pájaros…¿Quién no ha intentado imitarlos o comunicarse con estos seres a través de silbidos u onomatopeyas de sus voces?. ¿Quién no ha tenido el sueño de volar, esa metáfora de la libertad?.
A través de las generaciones los hombres y mujeres santandereanos, así como las diversas culturas en el mundo, hemos mantenido relaciones con las aves desde diferentes aspectos tales como: fuente de alimentación, utilización para usos rituales, usos decorativos, domesticación, entre otros, y hemos utilizado nuestro conocimiento sobre ellos para manifestarnos desde diferentes expresiones. Es así como encontramos creaciones del lenguaje como palabras del idioma, historias, mitos, cantos, poesías, cuentos, coplas, refranes, asimismo creaciones representativas: bailes, pinturas, objetos, personajes teatrales, artesanías o diseños inspirados en sus formas y colores creados específicamente para evocarlos. Todos estos elementos han contribuido a formar tejidos de identidad en el espíritu de los seres humanos en cada región.
Colombia, y especialmente Santander, es un territorio en el cual por donde quiera que se vaya se escucha el canto de muy diversas aves. Si miramos con detenimiento muchas se encuentran en su medio natural, pero también si recorremos ciudades, pueblos o veredas, es probable encontrarlos encerrados en jaulas y a sus dueños compartiendo su compañía.
Este modo de convivencia, entre otras, y la forma de vida del hombre moderno a través de la industrialización, la contaminación y la depredación de la naturaleza han contribuido a que muchas de las especies de aves y otros animales en general se encuentren actualmente en vía de extinción.
”Un progreso efectivo de la humanidad habría que plantearlo en términos éticos más que en términos simplemente mecánicos o técnicos. Aprender a respetar la naturaleza, aprender a convivir, aprender a comprender y valorar lo que es distinto, tener una relación creadora con el mundo, y no una mera actitud de saqueo y derroche, permitir que los niños crezcan en un medio generoso y estimulante que forme su carácter, que descubra sus talentos, que aliente su actividad y que despierte su imaginación; la posibilidad de un mundo que acompañe y oriente de un modo sabio y austero su desarrollo, eso sería un progreso” . (Ospina, William. Los nuevos centros de la Esfera. Editorial Aguilar, 2001. p131)
Colombia es el primer país con más diversidad de aves en el mundo. Según PROAVES, organización sin ánimo de lucro enfocada en la preservación de la biodiversidad colombiana, para el 2016 el número de especies había aumentado a 1.937, tal como se documentó en el volumen 24 de su revista Conservación Colombiana. Santander cuenta con gran cantidad de aves debido a la riqueza de biodiversidad de los bosques andinos. La totalidad de especies de los andes son 807, es decir el 42% del número a nivel nacional. El departamento tiene registradas 320 que corresponde al 40% de las aves de los andes y el 17% de todo el país.
En el segundo volumen del Libro Rojo de Aves de Colombia (2016), obra que pertenece a la colección realizada
por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Humboldt y la Pontificia Universidad Javeriana,
se reportan 72 especies que están en amenaza en el país.
Según este informe, en Santander hay 18 que están en riesgo y 9 de ellas en un estado de peligro más crítico.
Adjunto aquí esta tabla con sus nombres y fotografías.
. Paujil de Pico Azul (en Serranía de las Quinchas o Cuchilla del Minero)
Perdiz Santandereana (en la Serranía de los Yariguíes),
. Colibrí Ventricastaño (en el Cañón del Chicamacha),
Cucarachero de Nicéforo (en el Cañón del Chicamocha, San Gil y alrededores)
Chango de Montaña (en el Páramo de Santurbán y bosques en Piedecuesta y Floridablanca).
Cóndor Andino (también en el Páramo de Santurbán)
Colibrí Inca Negro (en Virolín y Serranía de los Yariguíes),
Torito Capiblanco (en la Serranía de las Quinchas)
Hormiguero Pico de Hacha (en Bucaramanga)
.
Comentarios
Publicar un comentario